Si Viajas a Japón por un periodo largo, o si planeas probar a vivir allí, una opción muy conveniente es alquilar una habitación en una casa compartida.
Nosotros estuvimos viviendo en una de estas casas durante dos meses y medio en Kioto, y fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar. En este post voy a contar nuestra experiencia personal, aunque por supuesto puede variar mucho según las personas con las que compartas casa y otros factores.
¿Cómo funcionan las casas compartidas?
En Japón, sobre todo entre gente joven, es muy común vivir durante un tiempo en este tipo de casas. En España, lo más similar a esto sería una residencia universitaria, aunque no sólo se usa por universitarios, sino por gente de todo tipo; desde los que se mudan a una ciudad nueva por un tiempo para probar algo nuevo hasta los que simplemente quieren vivir acompañados o despreocuparse un poco más de las limpiezas profundas cada semana. Y, por supuesto, también las usan mucho los extranjeros durante sus primeros meses o años en Japón.
La agencia suele tener un edificio con habitaciones privadas y zonas comunes compartidas. En nuestro caso eran unas 50 habitaciones en un edificio de 4 plantas, cada planta tenía su cocina, baños y duchas para uso común, y además había una sala de estar, una azotea y aparcamiento de bicicletas. Algunas de las otras casas que vimos tenían también gimnasio, salas de estudio, patio y otro tipo de salas.
Se paga un alquiler mensual fijo por habitación, y la agencia se hace cargo de los gastos de gas, agua, luz e internet, así como de la limpieza de las zonas comunes cada pocos días. Hay un gasto inicial de contratación, por lo que suele salir mucho más rentable cuanto más tiempo te quedes, y en nuestro caso, al ser dos personas en una misma habitación, compartíamos el alquiler pero añadiendo una pequeña tarifa extra.
La agencia a la que pertenecía nuestra casa era Oakhouse, que tiene casas en varias zonas de Japón, pero existen muchísimas otras muy conocidas.
¿Qué ventajas tiene?
La primera es que te facilitan mucho los trámites para el alquiler, y esto es especialmente atractivo si eres extranjero. Solicitar el piso y firmar el contrato fue increíblemente fácil, además de que la estancia mínima que te piden suele ser muy pequeña (en nuestro caso, un mes) comparada con la que suelen pedir en un piso. Incluso te suelen ayudar con otro tipo de cosas. Por ejemplo, algunos de nuestros compañeros de piso encontraron trabajo gracias a que algunas empresas anuncian empleos aptos para extranjeros (como profesor de inglés) a través de la casa.
Pero la ventaja que para mí es más importante es que es una forma muy fácil de conocer gente cuando llegas por primera vez a una ciudad. Nosotros tuvimos muchísima suerte con la gente que conocimos, que desde el minuto uno, al llegar a la casa, nos trataron genial y nos hicieron sentir como de la familia. Y estoy segura de que en cualquier otra casa con tanta gente encontrarás personas de todo tipo, algunos incluso en tu misma situación, con la que será muy fácil conectar gracias a la convivencia. Además, la propia agencia organiza muchísimos planes, fiestas y quedadas para fomentar esto.

Nuestra experiencia
Lo mejor de compartir casa con tanta gente es que nunca te aburres y nunca te sientes solo. Cuando bajábamos a la sala de estar al cabo de un rato siempre aparecía alguien a quien le apetecía charlar un rato tras volver del trabajo, o quedarse jugando a algún videojuego, o acompañarte mientras preparabais juntos la cena.

Por supuesto, de las 50 personas que vivían allí, muchas tenían su vida fuera de la casa y no estaban tan interesadas en hacer vida social dentro. Pero cada vez que proponíamos una excursión o un plan, siempre había alguien que se apuntaba. Y, a pesar de ser tanta gente, jamás sentimos que la casa estuviera demasiado abarrotada, o que hubiera problemas de convivencia porque la gente, por lo general, era bastante cuidadosa.
Nosotros pasábamos buena parte del tiempo haciendo visitas, tanto en Kioto y alrededores como alguna ocasional a sitios más lejanos, como Hiroshima. Y, por si alguien se lo pregunta, no, dos meses y medio no son demasiados para ver Kioto y alrededores. Siento que, por mucho tiempo que pases, siempre podrás buscar algo nuevo para ver si exploras un poco, y sin duda, aunque volviéramos en el futuro, aún podríamos visitar sitios nuevos dentro de la ciudad.

Y, por supuesto, cada cierto tiempo había alguien que, por la noche, proponía ir al sento, que son los baños públicos tradicionales de Japón con saunas, baño eléctrico, baño caliente, frío, medicinal y otros, por lo que es perfecto para relajarse tras un largo día. Puede que más adelante publique un nuevo post hablando de ellos porque es una experiencia cotidiana en Japón muy bonita y muy agradable para vivir, tanto solo como con amigos.
Tipos de visado para largas estancias
Los tipos de visado más típicos que he visto para quedarse en Japón por varios meses, sin tener una oferta laboral previa que te permita acceder a un visado de trabajo, son los siguientes. Aunque los datos que voy a explicar sirven para personas con nacionalidad española, muchos de ellos también existen y tienen condiciones similares para otras nacionalidades.
Visado de turista: A día de hoy, nos podemos quedar hasta 3 meses en Japón como turistas. No necesitas sacar ningún visado previo, simplemente rellenar un formulario de entrada al llegar al aeropuerto. Pero no te permite trabajar y, de todas, es la que ofrece el periodo de estancia más corto.
Working holiday visa: Permite estancias de hasta un año, y además permite trabajar de forma limitada, siempre que el trabajo sea un medio para financiar tu viaje y no el objetivo principal del mismo. Puede solicitarlo cualquier persona entre los 18 y 30 años de edad, y hay un cupo limitado de visados que se pueden conceder en cada país que tenga este tipo de acuerdo. Es la visa que más libertad te puede dar, siendo aún fácil de conseguir.
Visado de estudiante: Te permite permanecer legalmente en Japón mientras dure tu programa de estudios, y además te permite trabajar a tiempo parcial. Muchas personas se apuntan a una escuela de japonés para obtener este visado a la vez que aprenden el idioma. He de decir que las academias suelen ser muy exigentes, pero también te harán progresar increíblemente rápido y ganar la fluidez que necesitas para comunicarte.

Mensaje para mis compañeros de Oakhouse
Tenía muchas expectativas sobre cómo iban a ser esos meses, pero aún así, cuando llegué, me sorprendió encontrarme con una verdadera familia, donde todos os cuidabais unos a otros cada día y compartíais un amor genuino. Siento que conocí a muchas personas muy diferentes que, por distintas circunstancias, acabaron todas ellas juntas en Kioto y en esta casa para de verdad sentir que por fin habían encontrado su sitio, y estoy muy contenta por vosotros.
Tengo infinita suerte de haber formado parte de ello, y a todos y cada uno de vosotros os guardo un cariño que no voy a olvidar. Espero que os sigáis cuidando entre vosotros siempre tanto como ahora, aunque cada uno toméis distintos caminos en algún punto, o algunos ya lo hayáis hecho. Gracias por estos maravillosos meses.

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